¡Hola flor, bienvenida (de nuevo) a la serie de la luna llena! Como te comenté en un post anterior, a lo largo del año se producen 12 lunas llenas, cada una con una energía concreta. Llegamos a agosto y bajo el cielo estrellado del verano, llega la luna llena de esturión, una luna que nos invita a navegar las aguas de la abundancia y a conectarnos con la energía majestuosa del esturión.
Como habrás podido detectar por las lunas anteriores, sus nombres muestran una conexión entre los ciclos lunares y las actividades naturales. En este caso se debe a que en agosto era la fecha más propicia para que las tribus nativas en la región de los Grandes Lagos en América del Norte, de donde es originario el esturión, los pescasen, ya que al estar la luna más grande y brillante, les ayudaba a capturarlos de manera más sencilla.
El esturión es conocido por ser un pez grande y valioso en términos de alimentación. Conocido por ser un pez resistente y longevo, es capaz de adaptarse a cualquier entorno siguiendo sus ciclos naturales.
Al igual que el esturión, la luna nos recuerda la importancia de valorar y agradecer por los recursos que la vida nos brinda, nos invita a persistir, resistir y adaptarnos a los cambios que se producen en la vida. Nos invita a reflexionar sobre los ciclos de la vida, la migración y la conexión con los ritmos naturales.
Otro evento astrológico que ocurre en agosto es la lluvia de las perseidas, una lluvia de meteoros o estrellas fugaces.
Palabras clave: Cosecha, nutrición, gratitud, prosperidad, abundancia, recolección.
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